REMIGIO DEL MÁRMOL Y LA PREVANGUARDIA ARQUITECTÓNICA
La Fuente del Rey (1802-1803) es una arquitectura del barroco ilustrado modernizado, dentro del paréntesis neoclasicista, desde mediados del siglo XVIII, del que Priego se mantuvo al margen debido a su ámbito medio oculto, y al ser un pueblo tan barroco, que la inercia de su estilo sigue incluso presente y que nunca creemos se extinguirá debido a su personalidad y conformación definitiva. La fuente interconecta diferentes estilos, algo que Remigio del Mármol casaba muy bien, dentro de su oculta experimentación filosófica de mensajes culturales y anímicos de su figura, hijo de Priego, perteneciendo a una prestigiosa familia prieguense, los Cobo-Rincón y a la orden Carmelita. La Fuente del Rey conecta con la vanguardia funcionalista y organicista de por ejemplo el arquitecto del movimiento moderno Frank Lloyd Wright y su Casa de la Cascada (1936-1939), siendo un conato de vanguardia muy apreciado, en donde se observa la imaginación, fuera de la moda, de Mármol, que conecta este barroco prieguense de laboratorio con el siglo XIX.
Los arquitectos de vanguardia para experimentar y romper con el pasado, deben tener un escenario adecuado; el campo, una exposición universal, etc., para que esa arquitectura evolucione estilísticamente. Por este motivo existen muchas críticas cuando se instala un edificio experimental en un entorno clásico, o casco histórico. No obstante Mármol aprovechó el escenario de la Fuente del Rey para crear una planta vanguardista, pero en su mentalidad existía el programa de respetar los entornos, ser armónicos y adaptarse a ellos, por lo que esta obra filosófica fue muy difícil componerla, una década creemos, con la experiencia de sus fuentes domésticas, de su imaginería vernácula andaluza, de sus lenguajes retablísticos, implantados en esta fuente. Aunque es una obra extraña para un espectador no acostumbrado a verla como un prieguense, y también supondría un choque en el momento de su inauguración, aun camuflándose o vistiéndose con detalles estéticos pasados, para que el pueblo también se familiarizada desde el principio.
Mármol vestía el neoclásico de barroco para que el pueblo se acostumbrara poco a poco al nuevo estilo, y en esa fusión encontró los caminos del eclecticismo, al que preconizó. No obstante en toda obra de vanguardia, las décadas y el paso del tiempo las integra con la urbe, caso de la Torre Eiffel de París, adaptada a la estampa iconográfica del París ya clásico. Mármol nos enseña, por tanto, con la Fuente del Rey de Priego, que es una obra experimental, y que también se puede adaptar al entorno y a la estética del pasado prieguense, o andaluz, sin renunciar a ser esteta para la búsqueda de la originalidad del lenguaje artístico de un artista especial, como lo fue él. La fuente es una radiográfica de dicha época y de su figura polifacética, hecha realidad en su obra, y de un Priego, que desde Hurtado Izquierdo como ingeniero destacado para un arte evolucionador, hasta él, hicieron del pueblo una burbuja aislada durante un siglo para la confección de un barroco único e irrepetible, y en donde hubo una evolución del mismo, lo cual no se hizo en muchos sitios, y como se conecta efectivamente con la prevanguardia del siglo XIX. También observamos que esa época se caracterizó por una imprecisión estilística; hubo muchos estilos: tardobarroco, neoclásico, preromanticismo, historicismo, etc., momento que Mármol aprovechó para experimentar con esta fuente, además de trasladar sus diseños de obras hidráulicas, y de sus lenguajes de la escultura y retablística, debido al descompromiso de esta clase de piezas hidráulicas, que no se consideraban obras de arquitectura. Como apreciamos, los arquitectos que provienen de otros ámbitos, como por ejemplo Gustave Eiffel (Dijon, 1832-París,1923), que remanecía de las osaturas de hierro y de la ingeniería de altura; o Joseph Paxton (1803-1865), que provenía de los diseños de invernaderos, cuando se les ofrece la oportunidad de realizar obras de ingeniería, como en el campo o en las exposiciones universales, experimentan para la creación de nuevos estilos, los cuales se planteaban y debatían para ser desarrollados a lo largo de la centuria decimonónica.
José Francisco Marín Molina
Doctor en Historia del Arte