LA ESTÉTICA DE REMIGIO
DEL MÁRMOL: Dentro de la estética y del estilo compositivo y escultórico de
Remigio del Mármol Cobo-Rincón (Alcalá la Real, 1758-Priego de Córdoba, 1815), se observa
que en ese período de finales del siglo XVIII, del Mármol ya presenta un estilo
autónomo en su producción, además de otros rasgos, que son el sello de
identidad escultórica de su autor. Las composiciones de Remigio del Mármol,
suelen articularse en torno a la abstracción barroca, del dieciocho prieguense,
y las evolucionadas estructuras clasicistas de los inicios del siglo XIX,
estilos que combina y que conviven con sus juegos de luces y sombras, de
rocallas y laureles de estilo imperio, de espacios diseñados para retablos, que
se convierten también en arquitecturas civiles. Todas estas formas y fondos,
alegóricos y simbólicos, se encuadran como estrategias para la representación
teatral de su obra, desarrollada en su dilatada experiencia estética, que se
correlaciona y se conjuga con la moda de su cultura y su curiosa personalidad
artística. En su arte se denota y se detalla esas decoraciones elegantes que
configuran los espacios y arquitecturas escenográficas, las cuales encajan con
su figura, como escultor y maestro mayor de obras de Priego. Su arte consiste
en insinuación de segundos planos, recovecos e impactos visuales en conjuntos
reutilizables y recolocables, con juegos de luces, sombras, colores, puntos de
fuga y de sincronización de puntos de vista ópticos y de la apariencia visual.
Es su especial manera de seleccionar formas y conceptos, y de ensamblar sus
obras, lo que le profiere una mentalidad escultórica y espacial muy personal,
vanguardista, impresionista y abstracta heredada del barroco, en definitiva,
experimentativa y moderna estéticamente, que da como resultado obras de una
artisticidad exclusiva por su instintiva y curtida mano para las Bellas
Artes. Un artista-decorador, como
Remigio del Mármol, que nace con ese don, aunque también se hace, se introduce
en trance en el proceso mental de producción de la obra para buscar con
intuición, conocimiento y experiencia las distintas formas e ideas, los
elementos, que luego se ensamblan con buena mano, técnica, inteligencia y
destreza. El mecanismo de ensamblado de una obra es un don del artista,
producido por la experiencia, adaptándose a los materiales y herramientas
existentes. Mármol seleccionaba los elementos existentes que buscó con
intuición, destreza y conocimiento, y los ensamblaba como puzles de ideas,
colores o proporciones, con gran inteligencia para la obtención de la armonía
visual, con una áurea de experimentación que anuncia la vanguardia
arquitectónica de los últimos doscientos años. Además el moldear piedra, le
posibilitó dominar todas las Bellas Artes con facilidad, tanto en sus dibujos
como en sus diseños. Al ser Maestro de Servicios y Ceremonias de la
Orden Carmelita, el alto dominio de los textos bíblicos, además de los libros de su
biblioteca personal, pertenecía también a una prestigiosa familia prieguense los
Cobo-Rincón, y como ideólogo intelectual, esteta y filósofo, le permitieron trasladar sus
visiones personales a sus espacios estéticos, como el complejo de la
Fuente del Rey. Siendo transmisor de mensajes, que trasladó a esta
magnífica arquitectura, labrada en piedra, lo que requiere de una gran destreza
y fuerza mental para pragmatizarla en la realidad, tras la cual recibió el
título de Maestro Mayor de Obras Públicas, siendo arquitecto nombrado por el
Consejo de Castilla.
José Francisco Marín Molina